Había una vez una niña, una niña pequeña a la que los sueños la maravillaban.
Era feliz creyendo que algún día sería la princesa de un bonito reino, que el príncipe azul la llevaría en su caballo blanco a un gran castillo custodiado por un gran foso de aguas cristalinas.
Era feliz creyendo que algún día sería la princesa de un bonito reino, que el príncipe azul la llevaría en su caballo blanco a un gran castillo custodiado por un gran foso de aguas cristalinas.
Soñaba que al crecer, llevaría zapatos de cristal y que jamás los perdería.
Ansiaba vivir aventuras leyendo libros y liberando a cualquier príncipe de sus maldiciones.
Creía que era cierto que un día, un conejo blanco la conduciría a un mundo lleno de sueños, en los que tomaría té, siempre tarde, con un sombrerero parecido a Madonna.
Desmentía una y otra vez a todos aquellos que la decían que jamás volaría en una alfombra y que nunca vería un elefante volando.
Ansiaba vivir aventuras leyendo libros y liberando a cualquier príncipe de sus maldiciones.
Creía que era cierto que un día, un conejo blanco la conduciría a un mundo lleno de sueños, en los que tomaría té, siempre tarde, con un sombrerero parecido a Madonna.
Desmentía una y otra vez a todos aquellos que la decían que jamás volaría en una alfombra y que nunca vería un elefante volando.
La niña poco a poco fue haciéndose mayor, y a los 16 años de edad se pinchó el dedo con el huso de una rueca, pero no se quedó dormida, a los 17 decidió darse un atracón de chucherias y terminó en el hospital.
Con 18 marchó de viaje con 7 amigos a una casa rural y conoció al lobo feroz que intentaba quizá enamorarla para comérsela después.
Con 18 marchó de viaje con 7 amigos a una casa rural y conoció al lobo feroz que intentaba quizá enamorarla para comérsela después.
Y así... Llegó a los 29, con esa edad acudió al medico porque después de tanto país del caramelo y demás su estomago estaba dañado, y allí... Allí descubrió al malo del cuento, a la bruja malvada, al ogro y hasta a la madrastra cruel.
7 años, pasaron 7 años y descubrió que los sueños y los cuentos de hadas no existían, que el único sueño con el que quería soñar era el de estar viva...
7 años, pasaron 7 años y descubrió que los sueños y los cuentos de hadas no existían, que el único sueño con el que quería soñar era el de estar viva...
Pero no, entre pociones azules y amarillas, su luz... Esa que era como la de campanilla se apagó... Y quienes queríamos a esa niña soñadora supimos que no seria una abuelita, y que para nosotros siempre seria joven...
como Peter Pan.
como Peter Pan.
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