Pinturas con toques de la vieja escuela como Rembrandt, Durer, Memling, Van Eyck, Caravaggio y Holbein, aunque cargados de un erotismo tenue que produce un efecto surrealista, así se podría describir el trabajo del argentino Gabriel Grun, en su trabajo se puede ver el cuerpo humano a menudo en primer plano en paisajes naturales, combinados de elementos mitológicos y contemporáneos.
Muchos de los humanos que pinta son retorcidos o tienen formas grotescas o bestiales y plantea, estas distorsiones y manipulaciones podrían aparecer inquietantes, pero Grun enfoca la atención del espectador enfocado en lo técnica y hábililidad en la composición de estas excentricidades, que no son más curiosos y ofrecen un giro contemporáneo y sexualmente cargada en un estilo clásico.
En su obra podemos encontrar mujeres con cráteres en la piel, que distorsiona las extremidades como pretzels . El cabello de una mujer, todos de la misma, alcanza proporciones Rapunzel. Un Emperador y la Emperatriz ejercen sus respectivos adornos, él, un pene; ella, un pecho. Con su trabajo Grun nos convence de que hay otro lado al clasicismo.
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