dirigido por alguien por quien te habrías tirado a las vías una y otra vez. Por eso no vuelve a pasar, porque cada amor mata. Y la ilusión del siguiente es lo que resucita, y por eso hay quien dice que si no has muerto por lo menos siete veces en vida, es que no has vivido nada. Hay que tener un par de cojones y mucho pero que mucho coraje para enamorarte, porque aquel que te da besos y te sonríe es el mismo que una mañana te dejara las sabanas frías y un hueco imposible de llenar en tu cama. Hay que ser valiente para querer enamorarte de alguien aún sabiendo que sera el poema más bonito pero también el más triste y el más jodido de escribir cuando todo se apague. Tienes que ser un jodido héroe para ser capaz de salvar la sonrisa de alguien cuando esté naufragando en lágrimas y todo su mundo se haya reducido a un mar de donde no hay posibilidad de rescate, pero llegues tú y le digas: Mira, no se si irá todo bien, pero si te ahogas te prometo que lo haremos juntos. Imbécil es lo que eres si cedes tu canción favorita pensando en esa persona, porque luego cuando la escuches toda partitura, palabra, letra, sílaba y sonido será un recuerdo llamando a tu puerta. Así que te pido que tengas mucho cuidado. Porque escucharás esto una y otra vez, te pondrán una coraza en el pecho, una mordaza en la boca, una máscara en la cara y una cuerda en las manos que no te dejaran querer, decirlo, demostrarlo. Te dirán que el amor solo tiene un final posible y es el olvido. Pues olvídales tu a ellos. Verás a tu alrededor historias rotas y escritos como este. Que te sirvan de motivo para demostrarnos que todo es posible. Huye de quien te diga como vivir, porque ni el ni nadie tenemos ni puta idea de como hacerlo. Y arriésgate, porque echar de menos es como si el corazón dijera: Oye, me rindo, a mi no me jodes más.
Loreto Sesma

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