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domingo, 8 de febrero de 2015

Bob Dylan cree en el amor

El cantautor vuelve a sorprender (para bien) con 'Shadows in the night', un maravilloso trabajo de recuperación de viejos 'standards' que cantó Frank Sinatra.
Escuchando el otro día a Audra McDonald en el Teatro Real pensaba en la extraña capacidad de esas canciones de Broadway para contar el mundo. "El amor es la respuesta. Alguien a quien amar es la respuesta. Haz feliz a alguien. Haz feliz a una sola persona. Y tú serás feliz". Tan simple como eso, que es lo que dice 'Make someone happy', del musical 'Do Re Mi'. Ahí está todo. Más potente, sincero y contemporáneo que 20 'puccinis'.El cantante Bob Dylan. / EFE
Me pasa lo mismo al escuchar 'Shadows in the night', el nuevo disco de Bob Dylan (número 36 en su cronología oficial), hecho de 'standards' de lo que
se suele llamar el "cancionero americano". Canciones compuestas entre 1924 y 1952 (salvo 'Stay with me', de 1963) por Irving Berlin, Hammerstein & Rogers o Cy Coleman cuyo rasgo en común más evidente es que fueron grabadas en su momento por Frank Sinatra.
La decisión de hacer un disco así podría tomarse como una más de las 'dylanadas' o tocamientos de narices que el músico lleva haciendo desde que comenzó su carrera, ya se trate de enchufar una guitarra eléctrica en el epicentro del purismo folk, protagonizar anuncios de coches con coartada capitalista-xenófoba o conceder su primera entrevista en tres años a la revista de los jubilados de Estados Unidos para luego regalar el disco a sus lectores. Partiendo del hecho de que se suele pensar en la revolución folk que encabezó Bob Dylan en los 60 como una reacción a las canciones de 'big band' y las melodías de Broadway con las que Sinatra gobernó en el panorama musical de EEUU durante los 40 y 50, este disco sería una provocación más. Pero no. "Él es la montaña que hay que escalar, incluso si te quedas a medio camino", decía en aquella entrevista. "¿Compararme con Sinatra? Bromeas. Ser mencionado en la misma frase que él debe ser un enorme cumplido. Nadie es capaz de alcanzarle".
En efecto, al escuchar estas canciones el sabor que dejan es similar al de las 'Tempest'(2012), su anterior disco de estudio. Aunque en un caso se trata de composiciones originales y en éste de versiones, en ambos se percibe la pasión de Dylan por perseguir, investigar y repensar la tradición musical estadounidense. Una tradición que solemos ver como poderosa y dominadora - en cuanto extensión cultural del 'imperio' yanqui-, pero que en realidad es más frágil de lo que aparenta y necesita la mano de gente como Robert Allen Zimmerman para ser fijada. Sólo alguien con su sabiduría y genio puede mostrar nuevos ángulos de belleza en unas canciones que nacieron con la vocación de bellas.
Habrá quien piense que 'I'm a fool to want you', 'Fool moon and empty arms' o la sobrecogedora 'That lucky old sun' (que cierra el disco) son canciones donde lo que se dice es tan importante que sólo una voz como La Voz debería cantarlas. Y es verdad que a este Dylan de 73 años hace gallos y se le nota cada vez que toma aliento antes de una frase. Pero, como en el chiste del gato, la custodia de las raíces musicales de su país corre a su cargo y puede hacer con ellas lo que quiera. Por ejemplo, despojar estos 'standards' de sus arreglos orquestales y tocarlos con un quinteto e instrumentaciones delicadas (aquí una guitarra, allá un 'pedal-steel', unos vientos muy de vez en cuando), de forma que su voz cascada se note aún más. Y ahí es donde surge precisamente la magia.
Porque 'Shadows in the night' es, ante todo, un maravilloso estudio sobre el amor y sus devastadores efectos. Canciones que el propio Dylan dice que están llenas de "virtud" en cuanto hablan de sentimientos hermosos pero aniquiladores. "¿Qué haré cuando estés lejos y yo esté triste? ¿Qué haré cuando me pregunte quién te está besando? ¿Qué haré, con sólo una fotografía a quien contarle mis problemas? Cuando esté triste, sólo con sueños tuyos que no se harán realidad, ¿qué haré?", canta Dylan en 'What'll I do', de Irving Berlin. "Cuando te di mi amor, fue todo en vano. Toda mi vida estaré fingiendo. ¿Dónde está mi final feliz? ¿Dónde estás?", se pregunta en 'Where are you?'. Y la voz de Dylan que hace crack subraya aún más esa derrota y lo hermoso de la misma.
"La pasión es un juego para los jóvenes. Ellos sí que pueden ser apasionados. La gente mayor tiene que ser más sabia: llevas un tiempo en este mundo, así que hay que dejarles algo a los jóvenes. No hay que tratar de actuar como un joven, porque realmente te puedes herir", explicaba Dylan en su entrevista para los jubilados. No, aquí no hay ningún "lo quiero, dámelo" con los que los jovenzuelos revientan las discotecas. Pero eso tampoco significa que Bob no crea en el amor. Y que éste sea, una vez más, la respuesta.
Escucharlo aqui:   Bob Dylan


                                                     

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