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lunes, 5 de enero de 2015

En pelotas a los 50 para pagarse el Dakar




          En pelotas a los 50 para pagarse el Dakar


En pelotas a los 50 para pagarse el DakarAnders y Mikael Berglund, dos hermanos suecos de 50 y 53 años, respectivamente, consumarán hoy su sueño común de debutar en el rally Dakar. Pocos les ganan en valentía, y no sólo por iniciarse cumplidos los 50 en una competición con tanta demanda física sobre una moto. Para financiarse su sueño los Berglund, dos tipos grandotes a los que no necesariamente podríamos calificar como 'sex simbols' escandinavos, tuvieron la idea de desnudarse con el propósito de que sus patrocinadores los fueran vistiendo.
La brillante campaña de marketing 'Consigue vestirnos' la iniciaron hace un año en su página de Facebook: "Haznos una contribución, anota qué pieza quieres ponernos y verás en nuestra página web la foto con tu contribución". Y terminaban con el siguiente apunte: "Hacemos mejor pinta con nuestra ropa de moteros".
Mikael, el mayor, fue el primero en decidirse. En un principio simplemente iba a apoyar económicamente la aventura de su compatriota Carl Hagenblad. "Y entonces mi mujer, que sabía que para mi el Dakar había sido un sueño desde niño, me dijo 'deberías ir tu mismo'. Así que fuí el primero en embarcarme en esta aventura y 24 horas después me siguió Anders". Y una vez mancomunada la idea y la campaña de marketing les fue aportando los fondos se pusieron manos a la obra, a entrenar conjuntamente.
"Es algo especial hacer el Dakar como hermanos. Creo que al principio iremos juntos y luego ya se verá. Mi ambición es sólo terminarlo. La parte física del rally es la que más me preocupa. En cuanto a los temas de navegación y de mecánica no estoy demasiado preocupado", cuenta el piloto de 53 años, que ha participado en el Australian Safari 2008 y en el Rally Tuareg 2010, 2011 y 2012 y el Rally Mongolia 2013 junto a su hermano.
Si el mayor, Mikael, se ha integrado dentro del Torque Racing team, pilotando una KTM, Anders lo hará a pelo, con una vieja Husqvarna y en la categoría sin asistencia, conocida como los malle-moto, a quienes la organización traslada una caja standard con herramientas, recambios y dos ruedas.
El menor de los Berglund tiene una 'pequeña' ventaja respecto a su hermano mayor ya que vive desde hace dos años y medio en Mongolia, donde tiene todo el espacio para prepararse para el Dakar. Después de vivir los últimos 15 años en paises distintos también la preparación para el Dakar les ha permitido el reencuentro fraternal y compartir una de sus grandes pasiones vitales.
Cuenta Anders que "cuando estaba viviendo en Sudáfrica en los noventa conocí a un chico francés que había hecho el Dakar y me lo contaba con tanta pasión que se convirtió en un sueño que he perseguido durante 20 años. En 2008 es cuando realmente empecé el proyecto de participar y mi meta era hacerlo antes de cumplir los 50", dice.
"No estoy muy preocupado. Sólo tengo que evitar los errores tontos y llegar a meta. Me gustaría subir al podio de la clase malle-moto (sin asistencias), que para mi es la única manera de hacer el Dakar, es en la que realmente te pones a prueba. Mi hermano tiene una filosofía distinta, pero nuestro proyecto de Dakar si es común, es lo que nos ha unido de nuevo después de 15 años. Trataremos de rodar juntos, pero sabemos que en la arena es imposible hacerlo", cuenta el menor de los Berglund. Y ambos tienen en Laia Sanz "a nuestra heroína del Dakar".


                                                  

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